miércoles, 12 de julio de 2023

La ciencia de los banderines

 

Último día de clase antes de las vacaciones de julio. Día de fiesta en el liceo. Una manera distinta de encontrarnos, de compartir una jornada diferente: decorar el liceo, juegos recreativos en el patio, show de talentos en el hall, cantina de salado, dulce, bebida y golosinas para recaudar dinero para los paseos de fin de año.

***

Docentes y alumnos entramos ese día a primera hora como cualquier viernes. Me toca con 7°2. Paso lista y anoto en el pizarrón el cronograma de la jornada de la fiesta. Varios se sorprenden: ¿decorar el liceo?, ¿maquillaje artístico? ¿Quién va a traer? ¡A nosotros no nos avisaron! Propongo algo:

En el salón de la huerta hay hilo, papel, colores. Hagamos lluvia de ideas sobre qué podemos aportar a la decoración con los pocos recursos que tenemos.

Única propuesta de la "lluvia" (muy escasa, como acompañando la emergencia hídrica, pero muy oportuna: banderines.

Vamos al salón de la huerta (salón contenedor junto a la huerta, con mesitas agrupadas en seis mesas).

***

Acerco los materiales de que disponemos: rollo de papel camilla, lápices de colores, silvapenes, crayolas, tijera, hilo de nailon. 

¿Cómo hay que sentarse? ¿Como queramos?

Identificamos 5 necesidades:

  1. Decidir la forma y el tamaño de los banderines, desperdiciando la menor cantidad de papel posible.
  2. Medir el largo de los banderines y estimar la cantidad de banderines que se necesitan.
  3. Dibujar los diseños que se van a pintar en los banderines 
  4. Pintar.
  5. Enhebrar los banderines en los hilos.
Mientras tanto, en el hall del liceo, varios grupos ya están colgando globos y otros elementos decorativos. Una compañera de 7°2 plantea su inquietud:

¡Debemos apurarnos porque ya están terminando de decorar. Y todavía no empezamos!

Se me vino a la mente la frase "...despacio que estoy apurado", atribuida a Napoleón Bonaparte mientras lo vestían para una reunión importante.

Los estudiantes de 7°2 ya se habían sentado según libre preferencia, y algunos se "habían escapado" en busca de algo más interesante. En la mesa 6 se sentaron dos compañeros que de inmediato se pusieron a probar distintas formas (triangular, forma de casa), bordes (liso, "cocodrilo") y tamaños.

La forma de casa es buena pero nos decidimos por triángulos de borde liso. ¿Cómo trazamos un triangulo? Uno de los dos compañeros fue en busca de sus útiles de geometría. 

El rollo de papel tiene medio metro de ancho. Pregunto: 

¿haremos los triángulos de todo el ancho del rollo (50 cm) o de la mitad (25 cm)? 

Un argumento a favor del triángulo grande fue: aquí en el salón parece demasiado grande pero en las dimensiones del hall no se verá tan grande. Lo mismo ocurre con los semáforos en la calle. 

Pero al final nos decidimos por hacer más cantidad de triángulos en menos tiempo, y también gastar mejor el papel: en un metro de papel, trazamos una línea media. Hicimos marcas cada 20 cm para trazar dos triángulos, uno de un lado y otro del otro lado de la línea media. Se obtienen 18 triángulos por cada metro de papel. Repasamos las líneas con marcador grueso y lo usamos de molde o patrón. 

El grupito encargado de decidir la cantidad y largo de los banderines, ya vino con los hilos cortados: serán 5 hileras de banderines, cada uno para un lugar diferente. Luego, otro grupito cortó 5 papeles de 1 metro. Cada papel se ponía sobre el molde y se calcaban las líneas. Se propuso hacerlo sobre una ventana o iluminando con la linterna del celular pero no fue necesario.

Escribí en el pizarrón: 18 x 5. "Esta es la cantidad de triángulos que van a salir", dije. "Noventa", me dijo uno de los "ingenieros arquitectos" encargados de crear los triángulos. "Entonces es como 15 x 6", le acoté. "Y como 10 x 9", agregó. Multiplicaciones equivalentes. 

Y así comenzó a funcionar la producción en serie:

  1. Un grupito calcaba el molde.
  2. Otro grupito recortaba los triángulos.
  3. Dos grupitos decoraban los triángulos con distintas técnicas y diseños.
  4. Otro grupito, que fue a buscar una perforadora, iba enhebrando los triángulos en cada uno de los cinco hilos. Y luego... ¡a colgarlos!     

***

El tiempo se pasó volando. Posiblemente una hora y media (reloj). En un momento sonó el timbre y varios alumnos reclamaron sus 5 minutos de recreo. Estuve de acuerdo. Sin embargo, la gran mayoría siguió haciendo lo que venía. Recreo difuso. Tiempos y espacios más flexibles.

Se llegó a pintar casi todos los banderines pero quedaron unos cuantos sin enhebrar. Los guardé en una caja. Enrollamos y rotulamos el molde, por si se necesita hacer banderines en otra oportunidad.

Emergieron roles, facetas y participaciones en algunos estudiantes, que no había visto durante este medio curso. Roles como el de coordinador (que tenga una visión más alta que la de cada grupito). Participaciones como las de los diseñadores de la mesa 6. 

Sentí que había una conciencia de grupo. El desafío fue aceptado como grupo: ¿qué aporte es capaz de hacer 7º2 a la decoración de la fiesta? Ningún otro grupo fabricó banderines.

Luego de la fiesta, mientras ordenaba el "campo de batalla", me di cuenta: esta fue una clase con metodología activa; esa clase a la que quiero llegar pero me cuesta tanto encontrar el camino, encontrar la forma de encenderla, de conseguir la mezcla de ingredientes adecuada. 

En esta memoria de lo acontecido, podría encontrar algunos ingredientes básicos:

  • Situación auténtica
  • Desafío adecuado
  • Docente presente, atento y activador
  • Agrupamiento flexible
  • Tiempo y ambiente flexibles

***

Aclaremos: no hay una clase ideal y perfecta, porque no hay un solo tipo de estudiantes. Por eso se necesitan distintos momentos durante un camino o secuencia didáctica. Según Melina Furman (Enseñar distinto, 2021, p. 115) : 

  1. expositivos
  2. de exploración vivencial
  3. de práctica individual
  4. de reflexión sobre aprendizajes
  5. de evaluación y retroalimentación.   

martes, 18 de junio de 2019

Las 6 C y sus dimensiones

Aclaración: meses después de hacer este listado de competencias y sus dimensiones, elaboré esta tabla más completa con ideas-fuerza.

Creatividad 


  • Ser emprendedor.
  • Hacer preguntas-guía (que guíen la búsqueda de respuestas) o preguntas investigables. 
  • Transformar ideas en acciones con impacto social.

Comunicación


  • Efectiva.
  • Usando distintas herramientas, estilos y modalidades.
  • Para distintas audiencias.

Colaboración


  • Trabajo en equipo para asumir desafíos.
  • Habilidades interpersonales.
  • Contribuir con el aprendizaje de los demás.

Pensamiento crítico


  • Valorar críticamente informaciones y argumentos.
  • Encontrar patrones y conexiones.
  • Reeelaborar conocimiento significativo y aplicarlo al mundo real.

Carácter


  • Respeto (considerar al otro), humildad (no ser más que nadie).
  • Desarrollar perseverancia.
  • Confiar en los compañeros por conocerlos sin prejuicios.
  • Integrar el aprendizaje y el estudio a la vida.
  • Resolver conflictos.
  • Ponerse en el lugar del otro.

Ciudadanía


  • Pensar como ciudadanos de la comunidad y del mundo.
  • Querer resolver problemas que afectan a las personas.
  • Conocer variedad de puntos de vista y maneras de pensar, sentir y ser.
¿Qué agregarías?

Fuente: Adaptado a partir del cuadernillo de trabajo 2019 de la Red Global de Aprendizajes

martes, 5 de noviembre de 2013

El proyecto de centro



En este 2013 ha habido cambio en la Dirección del Liceo por lo que aún no tenemos Proyecto de Centro.
Mientras tanto podemos abrir el tema para ponerlo en consideración: ¿qué tanto influye un proyecto de centro en la vida del estudiante individual? ¿Qué tanto permea los muros del aula?
Claro dependerá de lo que entendamos por ‘proyecto de centro’. Puede ser solo un papel, puede ser un documento; una declaración de voluntad; una presentación de una gestión, de un año de trabajo; una serie de metas e instrumentos de los que se deberá dar cuenta; la materialización de todo un trabajo de acuerdos y esfuerzos por actuar en comunidad, por integrar los esfuerzos de 45 minutos.
Pero podríamos también entender como proyecto de centro la suma o integración de las diversas prácticas de los profesores (sobre todo los que tienen continuidad año a año), adscriptos, y demás actores de las institución hacen que el Liceo 20 sea como es. El proyecto de centro de hecho. Sería buen ejercicio que nos preguntemos ¿cómo es el Liceo 20? ¿Qué sabe hacer bien nuestro liceo? Si tuviéramos que ir a una escuela y “vender” la propuesta del liceo, ¿qué diríamos?
 ¡Ah! Pero si me olvidé de unos actores de tremenda influencia: las prácticas de los propios estudiantes. ¿Cuánto será lo que aprende un joven en el liceo de los adultos y de sus pares? ¿Cuánto más eficaz y convincente será una y otra, a pesar de lo desigual de los tiempos?
Una forma –tan solo una- de ver esto es que las intenciones y objetivos legítimos (¿pero legitimados?) de la Dirección de un liceo deberán atravesar–convencer, liderar, respetar, comprender, mejorar, enseñar, armonizar- 2 barreras bien sólidas y complejas: las prácticas (con sus ideas y valores) de los profesores; y  las prácticas (con sus ideas y valores) de los jóvenes que vienen al liceo.
¿Cómo se hace? ¿Cómo se logra? ¿Es un trabajo de la Dirección? ¿O es un trabajo de todos? 

domingo, 13 de octubre de 2013

Tramas

I

El martes pasado me di de frente con las TRAMAS. Y me costó y me costó, buscando em mi cabeza algo con qué asemejarlo: ¿plan de trabajo... para los alumnos? Para explicitarles el camino que queremos hacer con él (o que él haga con nosotros) para llegar a cierto concepto o proceso.

II

El jueves me reuní con Santiago, profesor de inglés y tutor del mismo liceo que yo. Es claro que los profesores idioma español, inglés y literatura vienen trabajando desde su formación el aprender a leer, a escribir, a comprender cuando leen; no así nosotros (yo al menos).
Entonces, Santiago hizo posible que me cayera este relámpago:
Una cosa es darle un texto y darle preguntas para ver si comprendió lo que leyó (pero, solo veremos las respuestas que consiguió buscando en el texto... o en el trabajo de otro compañero, pero no necesariamente tiene por qué haber leído y comprendido), y otra cosa es enseñarle a comprender de un texto, a ejercitarlo y fortarlecerlo en esa habilidad.
Me recomendó las DART (Directed Activities Related to Text) de Davies & Green (1984).    
Guglié y encontré esto:

III

El sábado leí el capítulo sobre TRAMAS en mi flamante fotocopia de una didáctica de las ciencias. Procesos y aplicaciones (Minnick & Alvermann, eds., AIQUE, 1994). Y no era exactamente uh plan de trabajo o estrategia. Coincidía un 99,9% con lo que Santiago trataba de explicarme.
Allí (Bonnie Armbruster) dice [textual] que:
La percepción de la estructura textual es importante para aprendere los textos expositivos.
La trama es una técnica destinada a incrementar la comprensión y el aprendizaje mediante la identificación y uso de las estructuras de los textos. Es una representación visual de la organización de los contenidos importantes de un texto. Muestra las ideas centrales de un texto y las relaciones que vinculan esas ideas.

IV 

En el ABC de la comprención  lectora está que el estudiante debe ubicarse en un rol activo, en 3 momentos: antes, durante y después de la lectura. Las TRAMAS se usan también antes, durante y después de la lectura.
Y el profesor debe también jugar -opino- un papel MUY activo en el diseño de la situación controlada de estudio, empezando por elegir, elaborar, adecuar  con mucho cuidado el texto que va a entregar al estudiante, así como la actividad en que va a consistir ese estudio, de manera que todo esté bien significado, tenga sentido.  

lunes, 7 de octubre de 2013

¿Es posible?

I

Ni tutoriar ni tutorear. Tutorar.

II

Es posible que nuestros cursos tengan relativo éxito solo si se coordinan y articulan en un proyecto educativo del cual cada profesor se sienta parte. Que nos sintamos como cantantes no solistas sino de un coro. No voces al unísono, diversas voces pero bien armonizadas.
Parece tan imposible alcanzar esta integración como pretender cumplir con nuestros objetivos particulares con solo nuestros esfuerzos fragmentados y atomizados. 

III

Hasta hace poco me hacía eco de la idea de que este modelo de liceo es obsoleto, está perimido.
Ahora me resulta chocante la idea, porque me lo tomo como que mi trabajo y mi esfuerzo y mis objetivos también fueran tomados como obsoletos y perimidos.
Cuando se da vuelta la tortilla y lo normal ya no es trabajar, esforzarse, perseverar, estudiar, responsabilizarse sino huir de la responsabilidad y del trabajo, descreer del esfuerzo y del estudio; cuando la mayoría de los alumno no logran seguir los cursos, ¿la conclusión es que el liceo falla, que la forma de enseñar falla? ¿Reafirmar nuestro curso, nuestras decisiones, nuestra propuesta didáctica en semejante situación de desventaja sería un acto de soberbia, de negarse a los cambios? ¿O un acto de responsabilidad?    

Los chicos rehuyen y protestan (I)

Leo ESTRATEGIAS DE LECTURA PARA TEXTOS DE CIENCIAS NATURALES por la Prof. Mariela Cutinella. Van algunas apuntes y comentarios.
1. Queremos que lean, que no le tengan asco a la lectura. ¿Por qué le escapan a la lectura?
  • ¿Porque temen aburrirse? 
  • ¿Porque no entienden lo que leen? 
  • ¿Porque son menos dóciles que las generaciones anteriores? 
  • ¿Porque han perdido el hábito de la lectura? 
  • ¿Porque nunca tuvieron confianza en la lectura como "alimento de ideas"?
2. Nuestro propósito: enseñarles a nuestro alumnos a leer con el objetivo de construir significados
3. Para aprender ciencias debemos dominar un lenguaje científico... y esto se logra leyéndolo. Debemos desarrollar-aprender-dominar-utilizar un lenguaje que sirva de mediador y contructor de conocimientos. ¿Cómo si apenas (¿ni siquiera?) podemos entendernos con el lenguaje materno no técnico?
4. Pienso que hace no tanto se abusó de los textos:
Se manda(ba) al alumno a leer para que después estuviera en condiciones de entendernos dar el tema, que pudiera intervenir y preguntar.
Se lo manda(ba) a leer un texto con un estilo propio y extraño, cargado de términos técnicos; un texto cerrado, demasiado estructurado, algo "dado".
Los textos, ¿desde siempre?, se convirtieron en un género ¿literario? muy típico, muy caracterizado, muy rígido, muy "sin gracia" y sin magia, por más que se lo vistió con ilustraciones, actividades prácticas, para asemejarlo a la poca tolerancia de los nuevos alumnos a la lectura y la propensión al zapping.
Talvez se rompieron muchas cosas que se venían transmitiendo de generación en generación. Y una parece ser el estudiar-leer. Y talvez gran parte de esto se debió a que coincidió (1) la búsqueda por parte de los (¿algunos?) profesores de alternativas a los textos cerrados y al estudio como la condena a repetir trozos de ese texto cerrado, con (2) el abandono cultural del hábito y práctica de leer: el "no me gusta leer".
Pienso que la construcción-revisión de conceptos exige un proceso de apertura, un "surfear la ola" que precisa de textos abiertos de largo alcance, así como de textos que aterricen en un concepto o cuestión (dentro de un tema).
5. Paradójicamente, primero las fotocopias, y ahora definitivamente las tics ponen a nuestro alcance el diseño de toda una batería de materiales textuales enriquecidos. Nos podemos independizar de las "necesidades editriales". Podemos fabricar nuestros propios materiales de estudio, nuestros textos a medida. Pero...
6. ¿Cómo logramos que el alumno se detenga a leer, se concentre unos minutos en significar algo? Ah, una batalla cultural que no se gana actuando atomizados. Taché batalla porque no quiero caer en una lógica de enfrentamiento.

martes, 17 de septiembre de 2013

¿Estrategias para lectores (y estudiantes) inexpertos?

Me pregunto si debemos enseñarle esas estrategias, adiestrarlo en ellas, o simple y directamente ponerlo en situaciones de estudio lo más significativas, potentes, a la vez que sencillas, para que pueda aceptar el desafío y poner en juego lo que sea capaz (y un poquito de ayuda que él mismo pida) para resolverlo.  
Pienso que otro ángulo de este asunto es la mala relación con el estudio que en general existe y se edita y reedita con nuestros alumnos. Entonces, mi prédica es asociar el estudiar con el entender-aclarar-responder, o sea, experiencias y logros positivos... aunquea menudo no se trate más que de un machaque y un deseo desesperado de alguien que está en otra generación y en otra sintonía...