lunes, 7 de octubre de 2013

¿Es posible?

I

Ni tutoriar ni tutorear. Tutorar.

II

Es posible que nuestros cursos tengan relativo éxito solo si se coordinan y articulan en un proyecto educativo del cual cada profesor se sienta parte. Que nos sintamos como cantantes no solistas sino de un coro. No voces al unísono, diversas voces pero bien armonizadas.
Parece tan imposible alcanzar esta integración como pretender cumplir con nuestros objetivos particulares con solo nuestros esfuerzos fragmentados y atomizados. 

III

Hasta hace poco me hacía eco de la idea de que este modelo de liceo es obsoleto, está perimido.
Ahora me resulta chocante la idea, porque me lo tomo como que mi trabajo y mi esfuerzo y mis objetivos también fueran tomados como obsoletos y perimidos.
Cuando se da vuelta la tortilla y lo normal ya no es trabajar, esforzarse, perseverar, estudiar, responsabilizarse sino huir de la responsabilidad y del trabajo, descreer del esfuerzo y del estudio; cuando la mayoría de los alumno no logran seguir los cursos, ¿la conclusión es que el liceo falla, que la forma de enseñar falla? ¿Reafirmar nuestro curso, nuestras decisiones, nuestra propuesta didáctica en semejante situación de desventaja sería un acto de soberbia, de negarse a los cambios? ¿O un acto de responsabilidad?    

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